Las posibilidades son infinitas.
Una de sus ventajas es su uso fácil, accesible a cualquiera que tenga interés.
Y para colmo, es gratis (con lo que nos gustan las cosas gratis...). Además,
podemos verlo, leerlo, modificarlo, editarlo, etc., desde cualquier rincón del
mundo. Es colaborativo: cualquiera puede aportar conocimiento. Por lo tanto es,
también, interactivo.
Depende de lo que queremos
conseguir, así tendremos que crear nuestro blog. Dentro de la educación, puede
ser un blog del "profe", en el que éste será el instructor. Se puede
optar porque los alumnos creen el suyo propio, dejando paso a la creatividad y,
como profesor, ejerciendo como guía. Pero también puede ser un trabajo conjunto
entre todos.
Entre sus aplicaciones
encontramos cientos (lo bueno de esto es que podemos acceder a la creatividad
de tantos y tantos...), y en el mundo de los idiomas ocurre lo mismo. ¿Por qué
no dejar que los alumnos expresen sus dudas, sus aciertos, sus inseguridades en
un blog? Creo que se debería aprovechar el "boom bloguero".
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